domingo, 7 de julio de 2013

El "sevillismo" de Tonono


Tonono se fue al cielo...

... y en su chaqueta seguía luciendo, cerca, cerquita del corazón, como desde hacía tres años, el escudo de un equipo de fútbol, el Sevilla Fútbol Club.

Se lo había prometido a su gran amigo Enrique, en una de aquellas largas concentraciones de selección en las que nunca se separaban. Y Antonio, Tonono, además de un futbolista gigante, era un hombre cabal, de esos que cumplen la palabra dada.
 
"Hasta que el Sevilla vuelva a Primera, llevaremos este escudo en la solapa".
Era un pin del Sevilla Fútbol Club, el equipo en que jugaba su querido Enrique Lora, un verdadero clásico del fútbol español al que Tonono admiraba y respetaba.

La amistad, camaradería, entre estos dos fenómenos del balompié hispano comenzó a forjarse en la selección, desde que Tonono apadrinase al centrocampista de las marismas para protegerlo, mimarlo, cuando éste fue llamado por Kubala, y se orquestó aquella campaña mediática que quiso ver en la convocatoria de Enrique un impuesto al seleccionador nacional.

Luego una larga concentración en los pinares de Oromana, preparando aquel decisivo partido eliminatorio contra Rusia, y un verano juntos, en 1973, con la familia, recorriendo Sevilla bajo cuarenta grados durante las vacaciones, acabaron por sellar el vínculo entre estos grandes compañeros. Tonono se había quedado prendado con el rostro de la Esperanza Macarena, cuando pudo contemplarla de cerca, en su camarín, cara a cara.

Por eso, y por algunas otras cosas más, cuando el fútbol quiso llevarse al Sevilla a los sótanos de la Segunda División, Tonono le dijo a su amigo Enrique que llevaría en la solapa el escudo del Sevilla hasta que éste retornase a la categoría que le correspondía, la de los más grandes del fútbol español.



Palabras de Enrique a su admirado Tonono:


El 9 de junio de 1975, se iría Antonio Afonso Moreno, el hombre, y Tonono, el futbolista, víctima de una súbita y letal hepatitis vírica.

Rozaba los treinta y dos años, y aún le quedaban unos cuantos más para seguir dando rienda suelta a ese fútbol de seda, elegante, cadencioso, que le convirtió en el mejor líbero de su época, junto con el kaiser alemán Franz Beckenbauer.



Siempre será recordado como la figura máxima de aquella legendaria Unión Deportiva Las Palmas de los Guedes, Germán, Castellano, etc.

Y como ese perenne internacional con 22 presencias internacionalidades a sus espaldas, batiendo un record aún hoy no igualado por ningún otro jugador canario.

En Sevilla se organizó rápidamene una misa en la Basílica de la Macarena, aquel lugar donde Tonono conoció a la verdadera Madre de Dios, antes de reunirse con ella en su Gloria.

Y asimismo en Sevilla surgió la iniciativa de erigirle un monumento en su Arucas natal.


He aquí el monumento:



Al recordar la figura de Tonono con ocasión de su muerte, contaba Enrique Lora algo realmente impresionante:


Tonono había cumplido su promesa hasta el último aliento de su vida.

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